lunes, 10 de diciembre de 2012

Segundo Lunes de Adviento

Señor, no tengo quien me meta en la piscina cuando se mueve el agua


(Parque de Huanglong, el Dragón Amarillo, China)

Con esta sencilla frase, el paralítico explicó su situación junto a las piscinas de Siloé. Jesús sólo le dijo "levántate, toma tu camilla y anda".
Precisamos constantemente de sanación para nuestras tristezas y nuestro sufrimiento. Abrir nuestro corazón a la acción curativa del Espíritu Santo es prueba de fe y muestra de confianza.

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