Señor, no tengo quien me meta en la piscina cuando se mueve el agua
(Parque de Huanglong, el Dragón Amarillo, China)
Con esta sencilla frase, el paralítico explicó su situación junto a las piscinas de Siloé. Jesús sólo le dijo "levántate, toma tu camilla y anda".
Precisamos constantemente de sanación para nuestras tristezas y nuestro sufrimiento. Abrir nuestro corazón a la acción curativa del Espíritu Santo es prueba de fe y muestra de confianza.
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