Navidad

FELIZ NAVIDAD

La Virgen con el Niño y un profeta

(Fresco de principios del S. III)

Catacumbas de Santa Priscila, Roma

Nochebuena

Cerca de Ti, Señor

(Santuario natural e histórico de Machu Picchu, Perú)

Señor, ¿quién puede vivir en tu templo? ¿Quién puede subir a tu monte santo?
² Sólo el que vive con honestidad, y hace lo justo, pensando y diciendo la verdad;
³ el que no calumnie a nadie, el que no le haga mal a sus semejantes, ni insulte a sus vecinos;
⁴ sólo el que se aparte de los que Dios desprecia, y el que respete al que teme al SEÑOR;
el que cumpla lo que promete, aunque tenga que sacrificarse para hacerlo;
⁵ el que no cobre intereses por un préstamo,
y no se deje sobornar para causar daño a gente inocente.
Sólo el que lleve una vida así podrá estar siempre cerca de Dios.
(Salmo 15)

Cuarto Domingo de Adviento

El Amor de Dios

(Yellowstone National Park, Wyoming-Montana-Idaho)

¡Cristo es la explosión del Amor de Dios, cuyo corazón inquieto de Padre nos busca y espera, a pesar de nuestro orgullo necio! En la Epifanía - fiesta de la luz – la Iglesia acompaña con la liturgia la peregrinación de la humanidad hacia Jesucristo, hacia ese Dios que nació en un pesebre, que murió en la cruz y que, resucitado, está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Benedicto XVI)

Tercer Sábado de Adviento

Estallar de júbilo

(Volcán Monte Etna, Italia)

El Niño ya está cerca. El corazón estalla de júbilo. Su humilde familia, nosotros, lo espera impaciente; anhelante. Llega la Vida.
Dediquemos hoy un momento a pensar en la vida. Toda vida es sagrada porque emana de Dios.
Celebrar la vida es celebrar a su creador. Siéntela latir, saboréala en cada respiración. Celébrala.

Tercer Viernes de Adviento

Dar la vida por los amigos

(Parque Nacional de La Amistad, Costa Rica)

Jesús, con sus actos y palabras, ensalza constantemente la amistad. Nos llama a amar a los amigos desinteresadamente para cumplir con nuestro deber aquí en la tierra. ¿Y qué es amarlos? Es ayudarles en sus necesidades básicas, rendirles hospitalidad, paciencia, cariño y comprensión. Darles nuestra vida haciendo de ellos una parte fundamental de la misma.

Tercer Jueves de Adviento

Un corazón nuevo

(Tsingy de Bemaraha National Park, Madagascar)

Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios.
(Ezequiel 11:19-20)

Tercer Miércoles de Adviento

¿En medio de la nada?

(Wadi al Hitan, Egipto)

Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa.
Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene nada le falta; sólo Dios basta.
(Teresa de Jesús)

Tercer Martes de Adviento

La importancia de lo que no se ve

(Fiordo helado de Ilulissat, Dinamarca)

Los seres humanos esconden bajo la superficie toda su belleza y su grandeza. Todo aquello que convierte a cada persona en especial se encuentra en su interior, y toda la maravilla del universo anida en cada uno de nosotros. Aventúrate a descubrir la belleza en cuantos te rodean.

Tercer Lunes de Adviento

De su interior correrán ríos de agua viva 

(Lagos de Unianga, Chad)

El que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé, se convertirá en él en fuente de agua que brota para Vida Eterna.
(Juan 4:14)

Tercer Domingo de Adviento

Luz del mundo

(Masai Mara, Kenia)

La mañana y la noche constituyen momentos siempre oportunos para dedicar a la oración, tanto comunitaria como personalmente. Unidas a momentos importantes de nuestro vivir y obrar, las Horas de los Laudes y de las Vísperas se revelan, de este modo, como medio eficaz para orientar nuestro camino cotidiano y dirigirlo a Cristo, "luz del mundo" (Juan Pablo II).

Segundo Sábado de Adviento

Os he dado toda planta que da semilla

(Zonas protegidas del Cerrado, Brasil)

Necesitamos el don de la Tierra, el don del agua; necesitamos al Creador. El Creador se hace presente en su creación. De este modo comprendemos que no podemos ser realmente felices, no podemos promover realmente la justicia en todo el mundo, sin un criterio en nuestras ideas, sin un Dios que sea justo, y nos dé la luz y la vida.

Segundo Viernes de Adviento

Fíjense en las aves

(Sundarbans National Park, Bangladesh-India)

No siembran ni cosechan; no tienen despensa ni granero. Y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que los pájaros!. ¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir siquiera un instante más a su vida?.
(...) Busquen más bien el Reino de Dios, y lo demás se les dará por añadidura.
(Extracto de Lucas, 12)

Segundo Jueves de Adviento

Pedro empezó a hundirse y gritó "¡Señor, sálvame!"

(Shark Bay, Australia)

Jesús caminó sobre las aguas, y Pedro, entusiasmado, pudo acercarse también a Él. Pero el miedo ante la tempestad hizo flaquear su fe, y comenzó a hundirse.
Así la Fe y la Confianza nos hacen conseguir cosas increíbles; la duda y la falta de autoestima nos hunden.
Arriésgate a Creer; logra lo imposible.

Segundo Miércoles de Adviento

Dios de Montes y Valles

(Banff National Park, Canadá)

Dios es Dios de montes y de valles. Dios está presente en la abundancia y la escasez, en la salud y en la enfermedad, en la paz y en la prueba, porque Él quiere glorificarse a favor de nosotros. Él no tiene límites. Él quiere revelarse.

Segundo Martes de Adviento

Mejor que el fuerte, es el paciente

(Islas Galápagos, Ecuador)

No te apresures a responder hasta que no te acaben de preguntar. La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia. Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo (San Francisco de Sales).

La paciencia es un don de Dios tan grande que en ella se manifiesta incluso la paciencia del que nos la da. De ahí lo que dice: Por la paciencia humana toleramos los males con ánimo tranquilo, es decir, sin la perturbación de la tristeza, para que no abandonemos por nuestro ánimo impaciente los bienes que nos llevan a otros mayores (San Agustín).

Segundo Lunes de Adviento

Señor, no tengo quien me meta en la piscina cuando se mueve el agua

(Parque de Huanglong, el Dragón Amarillo, China)

Con esta sencilla frase, el paralítico explicó su situación junto a las piscinas de Siloé. Jesús sólo le dijo "levántate, toma tu camilla y anda".
Precisamos constantemente de sanación para nuestras tristezas y nuestro sufrimiento. Abrir nuestro corazón a la acción curativa del Espíritu Santo es prueba de fe y muestra de confianza.

Segundo Domingo de Adviento

En el desierto, el Señor tu Dios te llevaba como un padre lleva a su hijo

(Grand Canyon, Arizona)

En el desierto de la vida también es posible experimentar la cercanía y el amor paterno de Dios que camina junto a nosotros. Esta es una de las vivencias más fascinantes del hombre de fe. Precisamente cuando se ve inmerso en el desierto de la soledad y del dolor y cuando descubre vivamente su impotencia y su debilidad, experimenta que Dios lo lleva “como un padre a su hijo”. Por eso san Pablo exclamaba: “cuando soy débil, entonces soy fuerte” (1 Cor 12,10).

Primer Sábado de Adviento

Día de la Inmaculada Concepción

(Río Madre de Dios, Amazonia)

Hagamos el pacto con María de ayudarla en su labor de traer a Dios al mundo.
Dejemos que el amor de Dios fluya a través de nosotros como un río que todo lo inunde.

Primer Viernes de Adviento

Derrite el hielo de las almas con el fuego de tu amor

(Glaciar Grey, Torres del Paine, Chile)

Es urgente que el mundo se abra al amor de Dios. Jesús nos transmite una verdad que nos quema por dentro. Sus palabras queman. Nos instan a decir, ¡basta!
Despertad y dejad que el fuego de Dios arda en vuestro interior.

Primer Jueves de Adviento

Cuando llegues a viejo extenderás tus manos y otro te ceñirá

(Roblón de Estalaya, Palencia, España)

Los ancianos ayudan a ver los acontecimientos terrenos con más sabiduría, porque las vicisitudes de la vida los han hecho expertos y maduros. Son depositarios de la memoria colectiva y, por eso, intérpretes privilegiados del conjunto de ideales y valores comunes que rigen y guían la convivencia social. Excluirlos es como rechazar el pasado, en el cual hunde sus raíces el presente, en nombre de una modernidad sin memoria. Los ancianos, gracias a su madura experiencia, están en condiciones de ofrecer a los jóvenes consejos y enseñanzas valiosas (Juan Pablo II).

Primer Miércoles de Adviento

Nuestro corazón está levantado hacia el Señor

(Parque Natural Yosemite, California)

"Nuestro corazón, la parte íntima de nosotros mismos, debe abrirse dócilmente a la Palabra de Dios, y recogerse en la oración de la Iglesia, para recibir su orientación hacia Dios de las palabras mismas que escucha y dice. La mirada del corazón debe dirigirse al Señor, que se encuentra entre nosotros: es una disposición fundamental" (Benedicto XVI)

Primer Martes de Adviento

Reflejos del amor de Dios

(Fiordland National Park neozelandés)

Dios nos ha llamado a ser reflejo de su amor a otros, especialmente a los más necesitados y heridos.

‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?
Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?’
Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicisteis por mí.’ (Mateo 25:37-40)

Primer Lunes de Adviento

Destruirá nuestras culpas y arrojará al fondo del mar todos nuestros pecados

Gran Barrera de Coral australiana.

No hagáis de vuestro amor una comedia.
 Aborreced el mal y abrazaos al bien.
Amaos de corazón unos a otros como hermanos y que cada uno aprecie a los demás más que a sí mismo.
Sed diligentes en el trabajo, espiritualmente dispuestos, prontos para el servicio del Señor.
Que la esperanza os mantenga alegres, las dificultades no os hagan perder el animo y la oración no cese en vuestros labios.

Primer Domingo de Adviento

Nacidos del Agua y del Espíritu

(Cataratas de Iguazú)

El que con fe se acerca a Dios, no vuelve con las manos vacías.
Fe es lo que da valor a las cosas que no podemos ver.
Fe es acercarse a Dios y es llevar fruto, aun en la debilidad.
Fe es la palabra de aliento para los que están en sufrimiento.
Fe es el agua que nos inunda al oír la palabra de Dios.
Fe es la luz que debe permanecer en nuestros corazones, junto con la esperanza y el amor. Es lo que nos hace caminar confiados en las manos de Dios.
¡Alegrémonos, amigos!
Teniendo tanto por hacer, y con Dios junto a nosotros,
el creer, acoger y esperar en Jesús, es el regalo más preciado y escondido de la Navidad.